25.5.15

BENDITO SUFRIMIENTO

Víspera de otra final. Un acontecimiento histórico en mi club y muy importante para mí. Sobre todo en lo que concierne a mi estado de ánimo en las próximas semanas. Meses diría yo.
Algo que desde que se consiguiera acceder a ella permanece perenne en mis pensamientos. Y que su cercanía me intranquiliza cada vez más. En realidad este tipo de partido que por suerte no es una experiencia nueva,  me produce pánico.  Ni siquiera la supuesta superioridad alivia mis miedos. Incluso diría yo que los aumenta, pues a más opciones de conseguir ser campeón, más aumenta mis miedos a no serlo.
Mis temores los creo lógico, soy un sevillista que antes del gol de Puerta al Schalke llevaba treinta y cinco años deambulando sevillismo por la mediocridad en el futbol español y posiblemente sea por ello por lo que valore en su justa medida lo que supone ganar un título europeo.
¿Y que supone?
Hacer Historia. Grandeza.
La posibilidad de un proyecto ambicioso.  Aumentar nuestro prestigio, palmares, presupuesto, reconocimiento,  e incluso las voces envidiosas que se dedican a insultar solo a los que ganan. Señal inequívoca de grandeza.

Cierto es que mi sevillismo no depende de victorias, pero igual de cierto es que victorias de esa magnitud te hacen sentir el hombre más feliz del mundo.